Hay quienes dicen que sobrevivir a la adolescencia cada vez es más difícil. Como bien sabemos, es una etapa especialmente complicada, pues está llena de cambios y ajustes tanto físicos como psicológicos y emocionales.
Es en la adolescencia cuando empezamos a construir una identidad propia, principalmente, a partir de nuestras interacciones más significativas que a esta edad son con el grupo de pares; es decir, con nuestros amigos y compañeros. Podemos decir que los chicos "huyen" de su contexto familiar y buscan refugiarse con sus pares. Con este conocimiento de base, es comprensible que muchos chicos sufran cuando son rechazados o acosados por su grupo.
Cuando esto pasa, el chico en cuestión puede responder de diferentes formas, las más comunes son las siguientes:
- La más sana es también la más sencilla. El sujeto simplemente busca otro grupo al cual pertenecer, en el que sus intereses, características y objetivos sean compatibles con los de sus pares.
- El sujeto buscará ajustar dichas características e intereses a los del grupo al cual quiere pertenecer.
- La menos deseable de todas es aquella en la que el adolescente sufre profundamente debido al rechazo de sus pares, ya que buscaba desesperadamente ser considerado parte del grupo y ser aceptado.
El dolor por esta o cualquier otra situación puede llegar a ser tan intenso que algunos adolescentes buscan soluciones inmediatas, pero temporales, tales como recurrir a autolesionarse.
Dichas autolesiones pueden ser provocadas por diferentes medios: quemaduras de cigarro, golpes, rasguños o cortes, práctica también llamada cutting. Estos cortes, quemaduras, etc. normalmente son hechas en los brazos, aunque al ser una zona muy expuesta a la mirada de cualquier persona, el sujeto también pueden recurrir a lastimarse, por ejemplo, en la parte interna de los muslos.
Parte muy importante para el futuro tratamiento de este comportamiento es entenderlo. Para ello, nos alejaremos un poco de la posibilidad de que el chico se lesione por la mera búsqueda de atención y nos centraremos en la tercera posible respuesta al rechazo que fue planteada anteriormente.
El rechazo puede ser tan hiriente y tener una repercusión tan importante dentro de la vida del joven, que el dolor emocional puede ser muy intenso. Tanto que es preferible sufrir un dolor físico. Para aquellos en esta situación, las heridas físicas representan una distracción, una forma de escapar momentáneamente a los pensamientos de decepción, frustración y rechazo.
Si bien esta no es la única razón, es la más común en la población de jóvenes adolescentes, ya que la baja autoestima es muy frecuente entre los individuos pertenecientes a este grupo de edad.
Esta conducta se encuentra ahora tipificada en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V) bajo el nombre de "Autolesión no suicida", incluida a su vez como una categoría dentro del Trastorno Depresivo Mayor, aunque hay personas que consideran que la autolesión debería de ser considerada y tratada como una adicción.
Es importante entender que, si bien las personas que se autolesionan no buscan el suicidio en sí mismo, el alto grado de dolor que padecen sí puede conducirlas a él. Por tal motivo, es muy recomendable que los jóvenes que sean ubicados en este comportamiento reciban la atención y asesoría de un profesional.
Te invito a continuar leyendo este blog, ya que si buscas comunicarte con psicólogos en la ciudad de Puebla, aquí podrás encontrar a alguien que te oriente; de igual manera te recuerdo que esta serie está dedicada a los trastornos mentales.
Psic. Ericka López
psic.ericka.lopez@gmail.com